Akaboshi - Ibun Suikoden

Soy una de las 108 estrellas... ¿y tú?

Otro manga de la revista shonen por excelencia. ¿De qué trata? Fácil. De un grupo de 'ladrones' que quieren cambiar al gobierno chino. ¿El manga se desarolla en la actualidad? No ¿El protagonista es un joven? Si. 'Yata'.

La verdad es que la primera vez que lo leí no pude con el primer capítulo. Muy farragoso. Mucha historia. Y la Jump no nos tiene acostumbrados a eso. Lo primero que hay que decir es que el manga está basado en la leyenda de Suikoden, y por eso le di otra oportunidad (Aissss, ese GRANDÍSIMO Suikoden II de la PSX) El protagonista pertenece a un grupo, los (voy a mirarlo...) Taitengyoudou, un grupo de ladrones que tienen por misión cambiar el gobierno chino (medieval) Para ello deben reunirse todas las estrellas (así son llamados los destinados a pertenecer en el grupo, aquí es donde interviene la leyenda de Suikoden) que son 108, para poder luchar contra el ejército que les espera de miles y miles de hombres. Claro, los/as 108 estrellas (hombres y muejeres) son los mejores, y cada uno tiene su característica especial.

Como parte de una historia fija, me recuerda un poco a Psyren, uno de los pocos mangas de la revista con un fin claro desde el principio (de la nueva horneada, quiero decir) y esta historia de gobiernos y ladrones, asesinos y demás, pues me recuerda a Kenshin. Además, al estar ambientado en china hace que puedas creerte que estás leyendo el manga de un videojuego de Dinasty Warriors (armas y ropajes recreados a la perfección) a parte de todas las referencias a la saga de RPG's Suikoden.

A todo esto es aderezado con impresionantes batallas. Y las considero impresionantes por los poderes de los personajes, que casi usan magia, ya que yo, personalmente, no distingo NADA de lo que pasa en ellas. Fuego, espadazos, electricidad... El dibujo me parece muy confuso. Si a esto le añado que la historia está muy comprimida y es a veces muy densa (muchos nombres chinos y mucha historia) hace que no pueda recomendarlo. Y si a esto le sumamos que suele ser un farolillo rojo de la revista y que su cancelación pende de un hilo... mucho menos. Esperemos que los japoneses le dejen madurar para ver si de verdad vale o no la pena.