El comienzo de la saga. Kratos, un espartano que vendió su alma para poder triunfar en batalla, recorrerá un largo camino para poder poner fin a la tortura que lleva encima desde hace tiempo: sus más dolorosos recuerdos. Para ello, tendrá que salvar Atenas y vender al dios Ares, el culpable de todos sus males.
Esa es la historia. Y claro, con tal historia, el juego tiene que tener acción a raudales. Pues sí. Acción, violencia, muertes, desmembramientos, sangre, criaturas grotescas y todo ello ambientado en la antigua Grecia, con mitos y leyendas incluidas y muy bien representadas. Kratos se moverá por ciudades (Atenas vaya) y ruinas y templos perfectamente creados y construidos que harán de este viaje de pesadilla un auténtico placer.
¿Y como nos movemos? Pues a hostia limpia, claro está. Matando todo ser ¿viviente? que se nos cruce, resolviendo puzles, saltando plataformas, esquivando trampas, etc. Lo normal. Y para ello contamos con unos golpes brutales, un doble salto y una fuerza sobrehumana para poder llegar al final del viaje.
Pero todo esto no podía ser tan bueno como parece... y es que en ocasiones el viaje se hace muy bien sin saber por dónde te metes del templo, avanzando por avanzar. Algunos enemigos son muy pesados de abatir (odio las putas medusas, son muy pesadas) y algún puzle (1 en concreto recuerdo) puede ser desesperante, o porque tardes un poco en pensar qué hacer, o porque te maten varias veces...
Pero los puntos positivos pueden más que los negativos... la curva de dificultad está muy bien llevada. No es un juego excesivamente complejo (hablo de nivel normal de dificultad) ni fácil, el desarrollo del personaje (sus armas) pica bastante (a pesar de ser simple) y los combates contra seres anormalmente grandes son espectaculares y muy divertidos.
Un gran juego mata-mata con puzles y plataformeo. Y encima en PS3 remasterizado para que luzca todo lo bien que puede lucir (aunque se le notan los años, obviamente)
