Así comienza... Violence Action

"Kei Kikuno podría pasar por ser una universitaria japonesa cualquiera: estudia contabilidad y se esfuerza para aprobar el examen oficial de la cámara de comercio para contables de grado 2 a pesar de que no tiene muy claro qué será de su futuro. Sin embargo, aunque como muchos otros jóvenes tiene un trabajo a tiempo parcial, lo que la convierte en alguien fuera de lo común es que forma parte del personal de Pururun, una empresa de asesinos profesionales que se hace pasar por una página de citas y que cuenta con una plantilla de chicas de lo más encantadoras que son capaces de acabar con cualquiera. Eso le hace combinar su vida como estudiante, preparándose para sus exámenes o yendo a comer con sus compañeros de clase, con la trepidante existencia que conlleva ser arma de alquiler. En clase es una chica agradable y dulce, mientras que, cuando cumple sus encargos, es absolutamente letal gracias a su destreza con la pistola y su inigualable velocidad y agilidad, lo que la convierte en alguien brutalmente eficiente e impredecible para sus rivales"

Cuando me acerqué a este tomo apenas conocía nada de la obra. La portada, el título y poca cosa más, pero ya era lo suficiente como para atraerme. Y madre mía... mi cabeza.

Esta obra nos pone a una protagonista que es la típica niña que parece mona pero que al final es una bruta... pero sin ser especialmente bruta, porque no le hace falta. Asesina sin más si es el encargo y punto. Y madre mía cómo se mueve. Y madre mía cómo el autor representa ese movimiento. Este tomo tiene unas de las mejores escenas de acción dibujadas que he leído en mucho tiempo. Pero mucho mucho. Tienen fuerza, velocidad, movimiento y todo ello magistralmente llevado al papel. Brutal, verdad.

En cuanto a la historia, el tomo nos propone en sus capítulos diferentes encargos para Kei y todos ellos unidos por su día a día (en algunos capítulos veremos más de ese día a día que en otros) y personajes de su vida.

Otra de las obras que más me han gustado últimamente.