Ah mi diosa #32 Te quiero


No me gusta nada de nada la expresión de fumada que tiene siempre Bell. Le ha dado al autor por hacerle los ojos medio cerrados (o medio abiertos, depende de cómo se vea) sin la pupula definida completamente y una media sonrisa extraña. Parece que en cualquier momento le va a decir a Keiichi que si quiere una calada del porro.

No sé, en tomos anteriores me caía mejor Bell, pero eso, cada vez parece más ausente, mística, emborrachada o drogada.

Eso sí, el manga sigue gustándome como antes. Lo malo es que cada tomo se lee demasiado rápido, entre que la lectura es liviana y que los tomos son finitos.

A ver si me pongo al día y a ver si en Japón termina de una vez (xD)

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