Erase una vez un príncipe que por X o por Y se convierte en rana. Para volver a su cuerpo real, tendrá que conseguir que una dama le de un beso. Pero ¿Qué pasaría si en vez de volver a su cuerpo, ella se convierte también en rana? Pues eso mismo nos cuenta la factoría Disney en esta película, película protagonizada por la novena y penúltima princesa Disney, y la primera de color, Tiana, la cual da nombre a la película.
Como en todas, la película está plagada de canciones, momentos divertidos y alegres con verdaderos dramas, que normalmente se traducen en muertes o en periodos de soledad de alguno de los personajes. Y sí, en esta película alguna de esas situaciones se dan, como viene siendo tradición.
Quizá el tema principal de la película es la igualdad de las personas independientemente de la clase social en la que se nace... o sea, que como todas, intenta trasmitir unos valores, y al ser más moderna, no tenemos que toparnos con cosas tan machistas como las que aparecen (o aparecieron) en algunas películas antiguas, como en las canciones de la Cenicienta (a ver quién no pilla la frase machista)
En definitiva, una película entretenida y que se deja ver, pero dudo mucho que nadie pueda considerarla una de las mejores de la conocida factoría. El factor nostalgia nubla la vista.
